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Pebrassus (níscalos, rovellons)
Foto: Varios red

El Pebràs (rovelló, níscalo) se caracteriza por su sombrero convexo, de color anaranjado intenso, que puede alcanzar un diámetro de hasta 10 centímetros. Pero lo más sorprendente de este hongo es su látex, una sustancia de color rojo sangre que se libera cuando se corta o se manipula. Esta característica única es lo que le ha valido su nombre común y agrega un toque visualmente impactante a cualquier plato en el que se utilice.

Este hongo se encuentra principalmente en bosques de coníferas y suele aparecer en otoño, cuando las condiciones son favorables para su crecimiento. Aunque puede ser difícil de encontrar, aquellos que logran descubrirlo se ven recompensados con un manjar culinario excepcional.

El sabor del Pebràs (rovelló, níscalo) es suave y ligeramente dulce, con notas sutiles de avellana. Su textura es firme y carnosa, lo que lo convierte en un ingrediente versátil en la cocina. Se puede preparar de diversas formas: salteado con aceite y ajo, asado al horno, a la brasa, añadido a sopas o guisos, o incluso utilizado como relleno en empanadas y pasteles. Su sabor único y su capacidad para absorber los sabores de otros ingredientes hacen que sea un complemento perfecto para una amplia variedad de platos. (Gastronomía de Ibiza y Formentera↗).

Además de su sabor excepcional, el Pebràs (rovelló, níscalo) también tiene propiedades nutricionales que lo convierten en una elección saludable. Es una excelente fuente de proteínas, fibra, vitaminas y minerales, como el potasio y el fósforo. También contiene compuestos antioxidantes que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y proteger contra el daño celular.


Pebrassos (níscalos, rovellons)
Foto: Varios red

El micelio de este hongo se encuentra asociado a las raíces de los pinos del tipo Pinus halepensis o "pi bord"↗, estableciendo una simbiosis que permite el intercambio de nutrientes y contribuye al desarrollo óptimo del bosque de pinos. Por lo tanto, este hongo desempeña un papel ecológico importante en el ecosistema.

Prefiere climas mediterráneos de temperaturas moderadas, con otoños e inviernos húmedos, pero no se encuentra en zonas de gran altitud. Su período de fructificación va desde finales de septiembre hasta principios de año. La mayor aparición de este hongo ocurre entre octubre y diciembre, lo que lleva a muchos habitantes de las Pitiusas a salir al bosque en busca de ellos.

Debido a la variabilidad en la cantidad de lluvia en Ibiza y Formentera, en años de sequía severa su producción es muy escasa, como sucedió en los años noventa del siglo XX. En otros años, su producción es más abundante y pueden encontrarse en los mercados, aunque a precios elevados. (Ver El Clima de Ibiza↗).

Tal y como hemos anteriormente señalado, su versatilidad en la cocina es una de sus principales características. Se pueden consumir de diversas formas: fritos, a la parrilla, en combinación con sobrasada, en sopas y, por supuesto, en el popular arroz de matanzas (arròs de matances↗). También se pueden conservar de manera natural con sal, en vinagre e incluso congelándolos después de eliminar el agua en una sartén, evitando así la destrucción de su estructura al aumentar de volumen durante el proceso de congelación. Una forma efectiva de conservarlos es intercalando filas de sombreros bien limpios con puñados de sal, al igual que se hace con el chucrut en Alemania y Francia.


Pebrassos (níscalos, rovellons)
Foto: Varios red

Es necesario destacar que la intensa búsqueda de esta seta afecta a sus poblaciones y ejerce presión sobre otras especies similares que podrían ser confundidas con él, todas ellas de gran valor ecológico. Por lo tanto, es crucial recolectar de manera responsable para preservar este tesoro micológico que aún poseemos. No sería sorprendente que en el futuro se establezcan áreas protegidas para la recolección de hongos, tal como ha ocurrido en algunas regiones de la península Ibérica. Esto garantizaría su conservación y permitiría disfrutar de ellos de manera sostenible.

También es muy importante tener en cuenta que el Pebràs (rovelló, níscalo) debe ser recolectado y consumido con precaución. Aunque esta especie es comestible y se considera segura para la mayoría de las personas, siempre se recomienda consultar a un experto en micología o realizar una investigación exhaustiva antes de consumir cualquier hongo silvestre. Algunas especies de hongos pueden ser venenosas o desencadenar reacciones alérgicas en ciertas personas, por lo que es fundamental asegurarse de su identificación correcta.

En conclusión, el Pebràs (rovelló, níscalo) es un hongo fascinante y delicioso que deleita tanto a los amantes de la micología como a los aficionados a la gastronomía. Su apariencia llamativa, con su color anaranjado intenso y su látex rojo sangre, lo convierte en un organismo único en su clase. Su sabor suave y su textura carnosa lo convierten en un ingrediente versátil y sabroso en una amplia variedad de platos. Sin embargo, siempre es importante recolectar y consumir hongos silvestres con precaución y asegurarse de su identificación adecuada. Así que la próxima vez que te aventures en un bosque en otoño, mantén los ojos abiertos en busca del Pebràs (rovelló, níscalo) y disfruta de su sabor excepcional y de la maravilla de la naturaleza.
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➟ Gastronomía de Ibiza y Formentera↗
➟ Platos típicos de la cocina ibicenca↗


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