Dios Eshmún (I)

Fue una deidad del conjunto de dioses fenicios o feniciopúnicos, conocida por su naturaleza benéfica y curativa y que era originalmente la figura divina más importante de la ciudad fenicia de Sidón. En algunas inscripciones, se le identifica como Baal de Sidón. Su nombre parece provenir de la raíz semítica smn, que se traduce como aceite, un componente esencial en la medicina antigua. (fenicios, púnicos/cartagineses).

Eshmún se representa como un joven cazador que nutre a los hombres y los cura en su templo cuando están enfermos. Se le asocia con Adonis, que es considerado otra deidad. Según la mitología fenicia, Eshmún tenía siete hermanos monstruosos, pero él era muy atractivo. Se cuenta que la diosa Astarté intentó seducirlo y lo acosó hasta tal punto que Eshmún optó por mutilarse y murió desangrado. Sin embargo, la diosa utilizó su poder para devolverle la vida y transformarlo en un dios.

Los griegos lo equiparaban a Asclepio, su dios de la medicina, y en ciertas ciudades púnicas, se le comparaba con la deidad griega Apolo, que los romanos posteriormente adoraron como la divinidad curativa por antonomasia. Su culto tuvo gran relevancia en Cartago, donde es la cuarta deidad más representada en los nombres de la ciudad y donde, según las fuentes, especialmente Apiano, los últimos defensores de la ciudad buscaron refugio en su templo, situado en la acrópolis de Byrsa, durante el ataque final en 146 aC.

En Carthago Nova, hoy conocida como Cartagena, fundada por Amílcar Barca, esta deidad también habría tenido un templo en la cima de una de las colinas de la ciudad, al igual que en la metrópolis.

En Ibiza, Joan Roman i Calbet, en su libro ‘Los Números e Importancia Arqueológica de las Islas Pythiusas’, promovió la idea de que la ciudad púnica de Ibiza estaba coronada por un templo dedicado a esta deidad. Su hijo, Carlos Roman Ferrer, reiteró esta idea, mientras que Isidoro Macabich, a pesar de las fuertes críticas de Fidel Fita a Joan Roman, consideraba muy probable la existencia de este templo.

La teoría de Roman se basaba en las inscripciones de dos lápidas que, según un manuscrito perdido escrito por el padre Vicent Nicolau en 1620 y utilizado por el padre Gaietà de Mallorca para escribir su Resunta histórica, estaban colocadas sobre columnas en la plaza de la Catedral y fueron retiradas por orden del visitador Estelric.

Fuentes: Voy@ibiza (AfM), Benjamí Costa Ribas (EEiF)
Imagen superior: Estatua votiva (Abdashtart I?) hallada en el santuario de Eshmún
Foto: Varios red

Dios Eshmún (II)

La primera lápida, de carácter honorífico, dedicada por el senado ebusitano al emperador Marcus Aurelius Carus, ya era conocida desde el siglo XV, gracias a la colección epigráfica realizada por Giocondo, por lo que su autenticidad nunca ha sido puesta en duda.

No obstante, la existencia de la segunda inscripción sólo es conocida por la Resunta y, desde el siglo XIX, los estudiosos se percataron de que el contenido de su texto, en el que se mencionaba un templo de Mercurio erigido por la república ebusitana y renovado por el emperador Marco Aurelio, parecía tener ciertas similitudes con el de la otra inscripción.

Joan Roman, basándose en el trabajo de Cayetano de Mallorca y otros académicos que habían validado su autenticidad, y apoyándose tanto en este epígrafe como en sus extensas especulaciones, sugería que originalmente sería un templo púnico dedicado a Eshmún, que la colonia ibicenca, al igual que su metrópoli Cartago, habría erigido en la cima de la acrópolis. La justificación para esta inferencia era que esta deidad, según la complicada y a menudo confusa erudición de la época, era el octavo cabiro de la teogonía fenicia y éste, con la romanización, fue identificado con Mercurio. De esta manera, Roman concluía su argumento afirmando que en la época romana el templo de Eshmún habría sido dedicado a Mercurio y reconstruido por el emperador Marco Aurelio, a quien el municipio ebusitano, en agradecimiento, habría dedicado la otra lápida con una inscripción honorífica.
De lo que no se percató es que esta dedicatoria realmente estaba hecha a Marcus Aurelius Carus y no a Marcus Aurelius Antoninus, aunque ambos emperadores compartían los mismos 'praenomen' y 'nomen'.

Además de todo esto, las notables anomalías de esta segunda inscripción son tan evidentes que ya hicieron que desde finales del siglo XIX Hübner la considerase como una versión apócrifa de la inscripción dedicada a Carus.
Por lo tanto, también los investigadores actuales, como Cristóbal Veny, la consideran una composición llamada e, incluso, un epigrafista tan autorizado como Jaume Juan Castelló ni siquiera cree que existiera realmente. Este investigador llega a la conclusión de que se trataría de una interpretación errónea de la anterior, basándose en las múltiples versiones incorrectas que en los siglos anteriores se habían publicado de ella, las cuales, al ser copiadas de unos editores a los otros aumentando sus errores, llevaron a pensar que se trataba de dos lápidas diferentes.

Fuentes: Voy@ibiza (AfM), Benjamí Costa Ribas (EEiF)
Imagen superior: El templo de Eshmún en Bustan el-Sheikh, Líbano
Foto: Varios red

Dios Eshmún (III)

Otra hipótesis posible planteada es que su existencia fuera real, tal y como dice la Resunta, pero que se tratara de una lápida falsa, hecha expresamente a finales del siglo XVI o a principios del XVII (en 1601 fue profanado el cementerio que en ella había en la plaza de la Catedral) para hacer pareja con la auténtica (ambas ornamentaban los lados de la entrada del camino que atravesaba la plaza de la Catedral).

Por eso se habría copiado la semejanza formal de la auténtica y compuesto un texto ad hoc interpretando erróneamente su inscripción, o bien -como dice Juan- basándose en las versiones incorrectas que existen en la bibliografía de la época.

Sea como sea, la supuesta existencia de un gran templo antiguo en la parte superior de Dalt Vila, no puede basarse en estas dos inscripciones. En cualquier caso, sí existen indicios favorables de la existencia de un culto de Eshmún en Ibiza en época púnica.

El primero de ellos se encuentra en la onomástica, dado que el sacerdote que aparece mencionado en el texto tardopúnico del reverso de la plaquita encontrada en es Culleram (es Cuiram) se llama AbdEshmún que quiere decir “siervo de Eshmún”.

Sin embargo, la relativa frecuencia con la que aparece Apolonio o Apolinar en la onomástica ibicenca de época romana podría ser una consecuencia del frecuente uso del nombre de AbdEshmún en época púnica, que con la romanización se habría transformado en un teónimo relacionado con Apolo.

Otro posible indicio de culto de este dios en Ibiza es la existencia de un sacerdote dedicado al culto del “Esculapio Ebusitán”, documentada en una de las inscripciones de Cueva Negra de Fortuna, en la provincia de Murcia (Crescenç , Aule Anni ).

Como la hipóstasis normal de Asclepio o Esculapio era Eshmún, podría tratarse de un culto a esta divinidad de origen púnico que se habría romanizado.

Sin embargo, dada la existencia de un importante culto a Bes bien documentado en la isla durante la época púnica, así como los similares atributos protectores y sanadores de ambas divinidades, se ha sugerido también que este culto en origen sería el de esta última divinidad de procedencia africana.

Fuentes: Voy@ibiza (AfM), Benjamí Costa Ribas (EEiF)
Imagen superior: Placa/relieve de una nave fenicia
Foto: Varios red

Imagen superior: Trono de la diosa Astarté en el templo de Eshmún, Líbano
Foto: Varios red

Imagen superior: Ubicación del Templo de Eshmún en el Líbano
Foto: Voy@ibiza compos. Wikipedia

Imagen superior: Entrada a la Cueva de es Culleram, Ibiza (Eivissa)
Foto: (EEiF)