Will Faber, Ibiza (Eivissa)
Pintor, ilustrador y diseñador gráfico
hecho en ibiza • made in ibiza • fet a eivissa
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Will Faber (I)
Will Faber (Saabrücken, Alemania 1901 - Barcelona 1987) fue un pintor, ilustrador y diseñador gráfico alemán autodidacta. Trabajó de herrero pero desde muy pronto su interés por las cuestiones artísticas le llevaron a Munich, donde aprendió la técnica del grabado en madera con el profesor Ehmcke. Formado dentro de la corriente expresionista, su primera obra significativa fue una carpeta con diez litografías editada en Munich en 1925 bajo el título Der Schrei (El grito), haciendo alusión a la conocida obra de Edward Munch. En esa misma línea de emotividad contenida, agresividad formal y crítica sarcástica, se encuentran las ilustraciones que hizo para el libro Aus der bösen, alten Zeit.
En 1926 se trasladó a Berlín, donde se casó con Emma Kaiser al año siguiente. En esta ciudad formó parte de la Unión de Grafistas Alemanes y de la Asociación del Arte de los Escritores; fue premiado en un concurso de carteles de la ciudad de Hannover en 1932. En plena efervescencia de los fascismos y dada la atmósfera asfixiante en la que se encontraba su país, la pareja decidió abandonar Alemania y se instaló en Barcelona en 1932 .
Con una gran influencia tanto del racionalismo espacial de la Bauhaus como del orientalismo integrador promovido por Kandinsky, Faber trabajó en sus primeros años en Barcelona como diseñador gráfico e ilustrador. De esa época cabe destacar el cartel anunciador del licor anís el Mono, que no llegó a editarse; las portadas de la revista D'Ací y d'Allà, dos números de 1932 y tres números de 1933; el diseño de las portadas del número veinte de la revista A.C., editada por el Grupo de Artistas y Técnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea y reproducidas en la revista alemana Gebrauchsgraphik en 1937; los diseños para papel y cajas para empaquetar bombones de la casa Esteve Riera la ilustración de El libro del té de Okakura-Kakuzo, editado por la Llibreria Catalònia de Barcelona.
En verano de 1934 Will Faber escogió Ibiza para pasar las vacaciones, y la fascinación que sintió por sus parajes hizo que permaneciera allí hasta 1936. Durante esa primera estancia en Ibiza, Faber realizó una serie de dibujos y acuarelas donde representó paisajes y retratos de carácter figurativo, y coincidió con otros artistas alemanes, como los pintores Erwin von Kreibig y Wolfgang Schulze (Wols), el poeta y fotomontador dadaísta Raoul Hausmann y el arquitecto Erwin Broner, con los que proyectó diversas actividades culturales y artísticas. Con la llegada de la Guerra Civil, Faber se marchó a Alemania, donde permaneció hasta su regreso a Barcelona en 1939.
(EEiF) Sonya Torres Planells [STP]
Will Faber pintando
Foto: (EEiF)
Will Faber (II)
Los dibujos de carácter costumbrista correspondientes al período de 1932 a 1936 fueron publicados en la revista Gebrauchsgraphik y en Die Zeitgemässe Schrift, en un artículo de Eberhard Hölscher titulado “El dibujante Faber”. Desde entonces Faber residió de forma continuada en Ibiza, con una presencia constante de sus obras, como lo demuestran las exposiciones de la Galería El Corsario y la Galería Es Vedrà de los años sesenta; las muestras del Museo de Arte Contemporáneo y la Galería Ivan Spence de los setenta; o en la Galería Maloney, la Galería Es Molí y la Sala Cultural de Sa Nostra de los ochenta.
Los años cuarenta y cincuenta representan una profunda renovación en la pintura de Will Faber, con una notable influencia de los elementos abstractos de Paul Klee y una progresiva evolución hacia la geometrización de las formas. La admiración que sentía hacia este artista le llevó a organizar, junto con Josep Maria de Sucre, un homenaje a Barcelona con motivo del décimo aniversario de su muerte. De esta etapa destaca su obra Ecos patéticos (1955), que el artista presentó en la XXVIII Bienal de Venecia, y las exposiciones individuales en la Sala Caralt de Barcelona (1952) y en la Galería Numero de Florencia (1954).
A partir de finales de 1957 y hasta 1964, la trayectoria pictórica de Faber muestra una ruptura clara con las soluciones precedentes, que le llevó hacia el terreno del informalismo matérico, con la incorporación de técnicas innovadoras, cualidades textuales y un sentido máximo de libertad en la composición. La gran variedad de soluciones utilizadas por el artista demuestran su magistral dominio técnico, que adoptó cualidades personalizadas en el uso del collage, frottage, grattage, dripping y assemblage, presentes en unas obras que sólo pretendían evocar estados de ánimo y sensaciones sin ninguna referencia concreta.
Con el tiempo, su participación en exposiciones nacionales e internacionales se hizo cada vez más frecuente. La primera exposición, donde presentó obras informalistas, se celebró en el Casino de Tenerife en 1958. Así también participó en una muestra colectiva titulada "Homenaje informal a Velázquez" en la Sala Gaspar de Barcelona (1960) y presentó sus obras en "III Salón de Arte Actual del Mediterráneo" (1960).
La exposición antológica que Will Faber preparó en el Instituto Alemán de Cultura de Barcelona en 1964 marcó una línea diferente en su trayectoria, situando su obra dentro de un nuevo lenguaje determinado por la incorporación a su mundo abstracto de toda una serie de signos, puntos, líneas, números, letras del alfabeto y palabras.
(EEiF) Sonya Torres Planells [STP]
Will Faber. Hyle Ibosim, 1971
Foto: (EEiF)
Will Faber (III)
Su estilo se vio enriquecido, sobre todo en los años setenta, por la acentuación de los contrastes dentro de la misma gama cromática con una clara predilección por el rojo, ya presente en la obra Hyle Ibosim (1971).
Sus últimas creaciones, que deben situarse entre 1975 y 1987, fecha de su muerte, se mantendrán en el ámbito de la abstracción, muchas veces en forma de obras sin título que presentan diferentes materiales adheridos, como cartones de embalaje pintados y recortados, o simplemente su pintura aparecerá sobre objetos variados como piedras, cajas o abanicos.
El reconocimiento a su labor como artista llegó en forma de múltiples premios, homenajes y exposiciones antológicas.
Así, ya en 1946 recibió la Medalla de Oro de la Real Academia Catalana de Bellas Artes, el Premio del Ayuntamiento de Barcelona en 1955, el Premio en el Concurso Internacional de Arte Sacro de Madrid en 1956, fue premiado en el Concurso Gran Premi Sant Jordi de Barcelona en 1957 y 1966, obtuvo el premio en el Concurso de Pintura Ciutat de Terrassa y Primera Medalla del I Salón Internacional de Arte de Ibiza en 1959, el Premio del Comité Español de Ayuda a los Damnificados de Agadir en 1960, la Medalla de Oro de la Agrupación Española de Artistas Grabadores y Primer Premio de la I Bienal Internacional de Pintura Estrada Saladich en 1967, el Primer Premio y Medalla de Oro de la I Bienal de Bilbao en 1968, el Premio de la Diputación de Zamora en 1973, el Ciudad de Barcelona en 1982 y Plaqueta de Plata del Consell Insular de Eivissa y Formentera en 1985.
La revista Papeles de son Armadans, dirigida por Camilo José Cela, le dedicó en forma de homenaje veinte artículos de amigos y críticos al número CCXV de 1974. La Fundación Miró de Barcelona y el Instituto Alemán de Cultura le dedicaron una exposición antológica en 1982, y el Consell Insular de Eivissa y Formentera presentó también una antológica de su obra en 1985 y un vídeo sobre su trayectoria artística, a cargo de J. M. Bassols; finalmente, el Casino Gran Madrid le dedicó otra muestra antológica en 1986.
La obra de Will Faber se puede encontrar en diferentes colecciones como las del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, el Museo de Arte Moderno de Barcelona, el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza, el Museo de Arte de Berna, el Museo de Arte de Saint-Étienne y el Museo Internacional Salvador Allende, entre otros. [STP]
(EEiF) Sonya Torres Planells [STP]
Will Faber. Obra en Galería, Exposiciones (I)
Foto: Varios red
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